21 abril 2018

Refrito del sábado: el valor subjetivo del trabajo


Este refrito fue publicado originalmente el 22 de septiembre de 2014 y me pareció interesante re-publicarlo después de haber estado sometidos durante 4 años al estúpido discurso bacheletista que afirmaba que las personas tienen ciertos derechos al bienestar material solo por haber nacido. Esta idea se llevó adelante en Venezuela, antes en Cuba y en la Unión Sovietica, ya todos deberíamos saber como termina pero la estupidez de la gente parece infinita.

El trabajo no vale nada en si mismo, lo único que vale es lo que se crea trabajando, sin embargo por culpa de ideologías fiambres, tenemos cosas como el salario mínimo y muchas otras medidas demagógicas que han ido alejando la noción que el valor del trabajo debe ser proporcional al valor que se crea con él. Desde 1990 Chile viene siendo cada día más improductivo, vive de glorias pasadas y se ha estado comiendo por demagogia todo lo que costó décadas construir. Mientras no se vuelva a instalar la importancia de la productividad y de ligar los sueldos al valor creado seguiremos siendo cada día más pobres, es inevitable. En fin, aquí va el refrito.

El valor subjetivo del trabajo
@jcoulon ‏@jcoulon  13 h
@tombrad2 @JohnParadaValpo Nadie que trabaje  8 horas diarias toda la vida debería ser pobre. Alguien roba, y no son los trabajadores

Ese mensaje -que tuvo mucha acogida y retweets entre personas de izquierda, apareció en una conversación sobre las AFP, que derivó al supuesto derecho que tienen las personas a ganar una pensión después de haber trabajado. Es una frase corta, rotunda como todos los eslogan y hace varios supuestos fuertes que merecen ser comentados.

Uno de los primeros supuestos -que me llamó inmediatamente la atención- es que revive la idea del valor-trabajo, que como ya hemos visto en anteriores entradas sobre el marxismo, hoy no tiene ninguna credibilidad intelectual, pero sigue presente como idea en el imaginario popular.

El trabajo en si no constituye valor y las cosas no valen según el trabajo que se haya invertido en ellas, eso es muy fácil de demostrar: supongamos que alguien va al desierto y comienza a cavar una zanja enorme, que no sirve a nadie ni a nada y trabaja 8 horas diarias durante gran parte de su vida en eso ¿se merece un salario por el esfuerzo invertido? obviamente no, si no tiene utilidad, nadie estará dispuesto a retribuír su esfuerzo. Eso muestra que no es el trabajo la fuente del valor sino la utilidad que crea a algún tercero.

Marx se dio cuenta del problema y por eso hablaba del "trabajo socialmente útil", pero si no hay mercado que determine libremente que es útil y que no, hacer una zanja en el desierto podría considerarse como "socialmente útil" por ejemplo si un amigo de los planificadores tiene medios para hacerlo y necesita el trabajo. Este es uno más de los ejemplos por que la planificación productiva no funciona.

No es en el trabajo, sino la apreciación psicológica de los que pagan donde se encuentra el valor de las cosas. Y esta apreciación tiene que ver también con la relativa abundancia o escasez del bien que produce el trabajo.

A mi me pagan unos 100 dólares por sentarme a escuchar una defensa de grado como profesor informante, hacer unas preguntas y colocar nota, en total, menos de una hora de trabajo. si voy como profesor guía recibo el doble, si se trata de una tesis nacional recibo como un 50-70% más.

Un cargador que gane el sueldo mínimo recibirá unos 2 dólares por la misma hora de trabajo con mucho más esfuerzo y un profesor de escuela recibirá unos 8 o 10 dólares por lo mismo ¿le estoy robando yo al cargador o al maestro de escuela? Claro que no, simplemente hay menos personas cualificadas para evaluar una tesis de grado (aunque como va la masificación esto no va a durar mucho), lo que se paga es la escasez y no el esfuerzo invertido porque el trabajo humano sigue exactamente las mismas reglas de cualquier otra mercancía ("fetiche" como las llamaba Marx con justa indignación, pues le arruinaron toda su teoría).

Esa es la razón por la que un neurologo o un abogado suelen ganar mucho más que un recolector de basura o un maestro, de los primeros hay pocos y es más difícil llegar a serlo, mientras que los segundos abundan, por lo que su valuación económica es muy baja. Todos los basureros y maestros podrían exigir ganar lo mismo que el neurólogo, el problema es que nadie les pagaría porque es muy fácil ser basurero y relativamente fácil ser maestro, pero solo lo escaso tiene valor.

Tal vez por eso Adam Smith fue muy reticente para hablar del valor-trabajo, seguramente intuía el error implícito en eso. David Ricardo fue mucho menos tímido y defendió firmemente en el valor trabajo pero también eludió la explicación. Finalmente Marx trató de explicarlo con el valor de uso, el valor de cambio y el concepto de trabajo abstracto, pero la explicación resultó tan rebuscada y llena de contradicciones, que tuvo la buena idea de eludir la explicación detallada. No fue sino hasta la revolución marginalista que apareció una respuesta clara y consistente al problema del valor de las cosas.

Esto me lleva a pensar en la esclavitud, el trabajo esclavo, es decir sin otra remuneración que mantener al esclavo vivo y saludable, existió durante muchos siglos, según la economía clásica la mano de obra esclava era ideal para el empleador y sin embargo la esclavitud fue desapareciendo en todo el mundo hasta ser hoy casi inexistente.

¿Por que desapareció la esclavitud? ¿ocurrió por razones morales? Claro que no, hay muchos estudios económicos que muestran que era más productivo y conveniente contratar a trabajadores asalariados libres que mantener a esclavos, el sur de Estados Unidos se mantuvo pobre en gran medida por la persistencia del sistema esclavista.

Porque el esclavo es poco productivo y su amo además de preocuparse por mantenerlo vivo y saludable tiene que cuidar que no se le arranque. Sin contar con que no puede estar vigilándolo cada hora de su trabajo, un esclavo invariablemente produce menos que un asalariado voluntario y este produce menos que un pequeño contratista por cuenta propia, en economía la productividad depende de los incentivos.

Los economistas clásicos, hasta Marx no se habían dado cuenta. Malthus el catastrofista, junto con anunciar que la humanidad se moriría de hambre por sobrepoblación y falta de alimentos (creencia que duró hasta bien entrados los años setenta), predijo también que la competencia entre empresas llevaría a enormes monopolios y a una baja de los salarios, que se igualarían al sueldo de subsistencia de los esclavos. Esa idea también la tenía David Ricardo y es en lo que se fundamentaba Marx para profetizar el derrumbe del capitalismo. Ya sabemos que pasó todo lo contrario.

En fin, hay mucho que decir sobre el valor del trabajo, por ahora lo dejo hasta aquí pero volvamos a la afirmación original ¿debe ser alguien recompensado por su esfuerzo por el solo hecho de trabajar 8 horas diarias durante gran parte de su vida? Claro que no, los salarios no son un "premio al esfuerzo" sino una retribución a la riqueza que crea el producto del esfuerzo, el talento o lo que sea. Si alguien se esfuerza mucho para producir un bien de poco valor no recibirá mucho dinero, sería absurdo. Tan absurdo como si alguien que hace un trabajo completamente inútil -como el ejemplo de una zanja en el desierto- exija que otros lo recompensen por ese esfuerzo.

La única forma que esto tuviese sentido es si fuese cierta o posible esa frase de la Crítica al Programa de Gotha de Marx "a cada cual según sus necesidades, de cada cual según sus capacidades" cosa que solo sería posible si la riqueza floreciera en árboles y fuese infinita, además que las necesidades fuesen claramente limitadas, como sabemos, desgraciadamente, eso solo existe en la imaginación de algunos ilusos.

2 comentarios:

  1. Por eso lo mejor es la inversión. Un chofer en camión viejo, de poco porte, yendo por rutas rotas o ciudades con tacos, llegando a lugares donde la descarga es lenta por desidia laboral o falta de herramientas, transporta poco y puede cobrar poco.
    Y un tipo con camión nuevo, de gran capacidad, yendo por rutas buenas y descargando rápido, puede transportar más y por ende ganar mucho más.
    No importa que el dueño del transporte puso un camión nuevo para ganar más dinero él mismo - no tenía pensado aumentar el sueldo del chofer por ello - o que el concesionario de la ruta la mantenga bien para cobrar más peaje o que la empresa receptora haya implementado mayor velocidad de descarga para ahorrar su propio dinero. No importa. Hay más para repartir y el chofer o su sindicato tienen más de donde tirar.
    Es el gran truco del capitalismo: las inversiones que se hacen para aumentar la propia ganancia terminan favoreciendo a los trabajadores.
    Acá, con todos esos gobiernos corriendo a los inversores siempre, nacionalizando las "riquezas de la Patria", etc.. etc... conseguimos el camión viejo y la ruta rota y no hay líder carismático que lo componga. Hablo de Latinoamérica en general, Chile ha sido una excepción hace tiempo. Uls

    ResponderBorrar
  2. Así es Ulschmidt, la inversión privada es tan efectiva porque permite ver de manera clara la característica inestable y de azar que tiene el mundo real. Todas las demás actividades se basan en alguna forma de razonamiento lógico, pesar los pro y los contras, etc. pero las inversiones son siempre una apuesta que va más allá del razonamiento. EL inversionista es un jugador, está sujeto al azar y a como reacciona ante los cambios de situación. Por eso es el motor de toda economía, solo los que se arriesgan mucho pueden ganar mucho.

    LAs dos partes se necesitan, por cada inversionista que arriesga hasta la camisa se necesitan diez mil tipos cautelosos buscadores de seguridad, dispuestos a pelarse el lomo por un sueldo seguro. Ambas partes son simbioticas, no funciona una sin la otra

    ResponderBorrar

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"